Virtualidad real
Llevaban algo más de un año casados cuando recibieron una carta del Ayuntamiento en la que se les comunicaba que uno de los dos no era real. Les invitaban a pasarse por el laboratorio municipal de su barrio donde, tras una breve comprobación, les indicarían quién era auténtico y quién una ficción virtual. Dudaron sobre si acudir o dejar que su amor continuara más allá de tecnicismos. Pero, movidos por el civismo y el miedo a la desobediencia, se sometieron a las pruebas. Hoy uno de ellos vive solo, y el otro está cautivo digitalmente en un disco de ordenador.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
20 septiembre, 2002
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