Invitación al zoo
Tenía una invitación para un acto en el zoo, donde no iba desde pequeño. Al entrar le indicaron el lugar sobre un plano. Localizó la puerta de acceso y se extrañó de ver el interior tan oscuro. Se trataría, supuso, de algún acuario, o de aves nocturnas. Siguió por el pasillo, abrió la puerta del fondo, y cuando se cerró tras de sí vio por fin las rejas, y la gente al otro lado, riéndose de él y tirándole cacahuetes. No llegó a comprender que era el invitado de excepción del martes, cuando dejan entrar a ver comer al tigre.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
24 septiembre, 2002
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