Cien Palabras ha cumplido 10 años. Gracias a todos.

Parece mentira. Hace diez años empece a escribir estos pequeños cuentos, y cree esta página para darlos a conocer. Al principio la intención era escribir uno cada día, pero al final la cosa se fue espaciando, lo que me remuerde la conciencia, pero que le vamos a hacer...

Os digo de verdad que intentaré ser más constante. Pero la voluntad es débil. Así que, como oí una vez: "No puedo aseguraros que lo intente, pero os aseguro que intentaré intentarlo."

Muchas, muchas gracias a todos. Gracias por leerme y, un poquito, por entenderme.


Jordi Cebrián



Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.


Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.

Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.

17 diciembre, 2007

Espacios de trabajo

Desde que reestructuraron los espacios de trabajo de mi oficina, han desaparecido dos personas, una chica muy maja, y un becario. En los planos constan sus cubículos, así que un comité de expertos cartográficos está analizándolos para localizarles. Ellos contestan los correos electrónicos, cuentan que están tras unos armarios y unas mamparas, pero como todas son iguales no ayuda. A veces alguien cree oírles, pero es difícil saberlo, por el ruido de las impresoras y el aire acondicionado. Al becario ya nos hemos resignado a sustituirlo por otro, pero a la chica nos sabría mal perderla, porque es muy maja.

13 diciembre, 2007

Antes de ir a dormir (The movie)

Esta entrada es una excepción a la norma, pues no se trata de un cuento sino de un bonito corto de animación, realizado por Carolina Escobar, sobre la lectura de de una de mis historias de Cien Palabras. A mi me gusta mucho cómo le ha quedado. Espero que a vosotros también.

Este es el cuento:

Su padre intenta convencerla de que no hay monstruos en el armario, y ella le hace creer que lo comprende, que ya es mayor, que si su padre le muestra que tras las puertas no hay cosas con dientes ni ventosas, dormirá tranquila por la noche, soñando esos sueños inocentes que los adultos creen que las niñas sueñan, y su padre la tapa y le da un beso, y ella espera un poco para levantarse y abrir de nuevo el armario, pues claro que hay monstruos, y debe alimentarlos, pues hambrientos podrían devorar a su padre, que no les ve.