Cien Palabras ha cumplido 10 años. Gracias a todos.

Parece mentira. Hace diez años empece a escribir estos pequeños cuentos, y cree esta página para darlos a conocer. Al principio la intención era escribir uno cada día, pero al final la cosa se fue espaciando, lo que me remuerde la conciencia, pero que le vamos a hacer...

Os digo de verdad que intentaré ser más constante. Pero la voluntad es débil. Así que, como oí una vez: "No puedo aseguraros que lo intente, pero os aseguro que intentaré intentarlo."

Muchas, muchas gracias a todos. Gracias por leerme y, un poquito, por entenderme.


Jordi Cebrián



Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.


Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.

Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.

22 febrero, 2005

Condiciones de compra

Compramos el piso aun sabiendo lo de la habitación, y las condiciones, pero es que son tan caros, recien nos hemos casado y ella no trabaja, y con el niño no lo hará de momento, así que dijimos, ¿por qué no?, sólo es una habitación a la que no podemos entrar, y sólo hay que dejar alimento cada noche, a veces cuesta encontrar, y llego tarde mientras ella espera, temerosa y preocupada, y hay que ir con cuidado, eso si, procurar ser metódico, no hacerle pasar hambre ni dejar la puerta abierta, pues no entiende de propiedades ni de hipotecas.

03 febrero, 2005

Última noche

Nos sentamos fuera de la ciudad, junto a sus murallas, y el tenue fuego de la moribunda hoguera nos proporcionaba la mínima luz en aquella noche sin luna ni estrellas. Éramos desterrados, expulsados de la ciudad por traiciones supuestas y aunque pudiéramos huir, y guarecernos, nadie cometería tal deshonor. No hablábamos, no era ya momento de palabras, solo podíamos aceptar callados y dignos el destino que nos esperaba cuando el sol saliera, mientras los habitantes de la ciudad durmieran a salvo de la luz, y nosotros, antes inmortales, viendo por primera vez morir la noche, sentenciados a un horrible final.