Cien Palabras ha cumplido 10 años. Gracias a todos.

Parece mentira. Hace diez años empece a escribir estos pequeños cuentos, y cree esta página para darlos a conocer. Al principio la intención era escribir uno cada día, pero al final la cosa se fue espaciando, lo que me remuerde la conciencia, pero que le vamos a hacer...

Os digo de verdad que intentaré ser más constante. Pero la voluntad es débil. Así que, como oí una vez: "No puedo aseguraros que lo intente, pero os aseguro que intentaré intentarlo."

Muchas, muchas gracias a todos. Gracias por leerme y, un poquito, por entenderme.


Jordi Cebrián



Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.


Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.

Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.

01 noviembre, 2009

Instrucciones para mi entierro

No habrá oraciones en mi entierro, sólo los salmos antiguos que adjunto a esta carta. No habrá plegarias, pero podrán venir los reyes y los sacerdotes a llorar por mi. Quiero un panteón de mármol, sin imágenes ni inscripciones, con mi tumba en el centro. Quiero canciones cuando llegue el invierno. Quiero olor de incienso, con aroma de almizcle. Quiero 13 velas a mi alrededor, siempre ardiendo. Quiero las más hermosas doncellas del templo velando mi féretro, que se turnen para que en mi panteón siempre haya alguna virgen. Y la tapa debe abrirse desde dentro, para cuando tenga hambre.

29 octubre, 2009

Errores informáticos

Algo se estropeo en el ordenador central, y la realidad empezó a resquebrajarse. La gente dejó de temer a las verdades, ya no se conformaban con mentiras nuevas, aunque se las explicaran con convicción y carisma. Desaparecieron banderas y totems, y el mundo buscó caminos nuevos, alejados de dioses y promesas póstumas. Los puritanos dejaron de reconcomerse por la felicidad ajena, y los sacerdotes confesaron sus mentiras. Se dejaba crecer a los niños aprendiendo de la libertad y el miedo. Hasta que los técnicos corrigieron el error, recuperaron el estado anterior, y todo fue de nuevo como debe ser.

26 octubre, 2009

La gripe equina

Cuando apareció la gripe equina se dejó de hablar de la gripe ratonil, igual que ésta había sustituido a la porcina en los titulares; y como, antes, la porcina sustituyó a la aviar. Ahora ya no sólo recomiendan el uso de mascarillas, sino también unas pulseras magnéticas que fabrica el cuñado del presidente. Pero la gente ya no tiene tanto miedo al contagio como antes: hace muchos años que nadie sale de casa, por si acaso, y los contactos se limitan al ciberespacio. Las calles están vacías, pero por televisión insisten que no nos confiemos y llevemos todos las pulseras.

23 octubre, 2009

Después de la ciudad


Los últimos habitantes marcan las paredes con figuras de dioses sanguinarios, para ahuyentar a las fieras de metal; queman las casas vacías, para que no las habiten monstruos; y se reunen junto al fuego, para cantar historias de cuando existía la ciudad, en otra era, antes de que excavadoras arrasaran hogares, iglesias y prostíbulos, y alzaran en su lugar locales de diseño. Acorralados, algunos resistieron ocultos en túneles y bóvedas, y por las noches atacaban a los guardianes y derruían lo edificado durante el día, hasta que nadie más quiso construir allí, temerosos de cuchillos y hachas, y crueles divinidades.

(Este relato está inspirado en una fotografía de Lapicero)

19 junio, 2009

Técnicas de management

En mi empresa contrataron unos consultores carísimos, así que ahora a los grupos de gente les llamamos clusters, a las bombillas lightbulbs, y a los papeles, sheet of paper, aunque esto último no todos lo pronunciamos bien. Parece ser que llamar a las cosas en inglés hace que se rinda más. Si a escribir cosas en papel de embalar le llamamos brown paper technique, la productividad se dispara. Y llamar al jefe, boss, quieras que no, impone respeto. Pero acabo de recibir una carta, del human management resources, donde se me indica en perfecto castellano que estoy despedido, por bocazas.

29 mayo, 2009

Haiku vampírico

Nota aclaratoria: Este cuento es una excepción a una de mis normas. Siempre he pretendido que mis cuentos de cien palabras, o las colaboraciones que me llegan, sean en forma de prosa, sin aceptar el verso.

Este cuento está formado por 10 haikus. Como sabeis, un haiku es una forma poética de origen japones, consistente en tres versos con 5,7 y 5 silabas cada uno, sin rimar. Me pareció un reto interesante utilizar esta estructura para narrar una historia, simple, pero con su planteamiento, su nudo, y su desenlace, y por supuesto de cien palabras exactas. Si sois puristas y quereis repasar la métrica, tened en cuenta las sinalefas y demás. Este es el resultado del experimento.


¡Pobres vampiros!
Hambre, y luz que quema.
Sueñan de día.

La ve de lejos,
Y se acerca a ella
Quiere atacarla.

Sola en la noche,
Sin luz. Frio y miedo.
Nadie la espera.

Ella no grita.
El la abraza fuerte.
Besa su cuello.

No es nuevo en eso,
ni ella la primera
a la que mate.

No tiene prisa.
Primero el deseo,
luego la muerte.

Ella esta quieta,
muda, sin defenderse.
El se sorprende.

Toda victima
Chilla, o pide perdón,
O lloriquea.

Mira sus ojos,
Ella también le mira,
Y le sonríe.

¡Pobres vampiros!
Ella tenía hambre.
Ahora ya no.

27 mayo, 2009

Maneras de hacer

Abro la puerta y los muertos están allí, esperándome. Uno a uno les dibujo en la frente el signo que aprendí hace tiempo, cuando los continentes tenían otras formas. Les doy órdenes, observo sus miradas vacías y sus colmillos amenazadores. Finalmente les enseño la fotografía. Salen fuera, a la oscuridad.
Se que no es bonito, ni caballeroso, ni acorde con los días que hemos disfrutado, pero la vida no es justa, ni la muerte. Habría sin duda mejores maneras de dejarlo, pero al fin y al cabo tú tampoco eres humana. Miro la foto y sé que te encontrarán, querida.

25 mayo, 2009

Comadreja en casa

Una amiga mía se compró una comadreja, que resultó ser muy caprichosa. El bicho no quiere estar en la jaula, así que campa a sus anchas todo el día. Tampoco quiere comida de lata, sino sólo refinados guisos, y se enfada si la comida no está a tiempo. No muerde, pero enseña los dientes a la mínima. Cuando ella llega del trabajo, las botellas de licor están vacías, y la comadreja duerme en el sofá, con la tele encendida, toda la casa sucia y revuelta. Y ya lleva días insistiéndole en que el piso esté a nombre de los dos.

15 mayo, 2009

Por una palabra

Escribí un cuento de cien palabras perfecto. La gente lo leía con avidez, y lo enviaban entusiasmados a sus amigos. Me llamaron para hablar sobre el cuento en la tele, y desde Hollywood querían adaptarlo. Entonces alguién descubrió que había escrito "porque", en vez de "por qué", así que ahora sobraba una palabra. Pero quitar cualquiera de ellas desmontaba el delicado mecanismo de relojería que había conseguido construir. Finalmente eliminé un artículo, pero ya no es lo mismo. Los críticos literarios me ignoran, han cancelado el programa al que tenía que ir, y Scorsese ya no me coge el telefono.

13 mayo, 2009

Gas en el avión

“Dentro de unos minutos iniciaremos el aterrizaje. Las autoridades locales nos obligan a llenar la cabina de un gas totalmente inocuo, a través de los conductos de ventilación. Procederemos en breve.” Nadie pareció inmutarse, ni cuando empezó a salir un vapor verde de las rejillas del suelo. Viéndome inquieto, el pasajero sentado junto a mi me tranqulizó: “Ellos saben por qué lo hacen, no se preocupe. No lo harían sin tener un buen motivo”. Al poco rato, las azafatas salieron de la cabina de los pilotos, y todas llevaban mascaras antigás, pero entonces a mi ya no me importaba nada.