Rascacielos
Vivimos en las plantas desiertas del rascacielos, en sus espacios muertos. Por las noches, cuando las oficinas están vacías, rebuscamos entre los papeles para encontrar palabras que alimenten nuestras historias. Los guardias no nos ven, tal vez porque somos rápidos y astutos, tal vez porque estamos muertos. En ocasiones nos reunimos para celebrar el hallazgo de algún dibujo hermoso garabateado en listados azules de contabilidad, o de un papel mojado de lágrimas por palabras que nunca debieron escribirse. Después cantamos versos antiguos, y recordamos con añoranza cuando el edificio era aún un esqueleto de vigas y cemento, antes del accidente.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
16 octubre, 2002
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