Inspectores de familia
Los inspectores municipales del Servicio de Familias llegaron a casa mientras estábamos cenando. Exigieron ver los informes de los últimos meses, con los datos detallados de a qué habíamos dedicado cada hora, cada minuto. El más alto nos recriminó que salíamos poco y, tras examinar la despensa, que tuviéramos tan pocas frutas y legumbres, que previenen el cáncer. Les parecieron fatal las habitaciones de los niños, pues el color con que habíamos pintado las paredes no era el estándar para aquel distrito. A mí me esposaron, pero mi mujer pudo quedarse con los niños hasta que llegó la asistente social.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
24 octubre, 2002
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario