Un caso real
Tanta música, tanta juerga y tanto cachondeo allí dentro, ya le estaban poniendo nervioso. Tíos por el suelo jugando a dados, mujeres dejándose tocar por pasta... Notaba que se iba crispando, y se conocía: era de natural pacífico, pero cuando le daba el pronto, le daba. Sus colegas, que sabían como era, le dijeron:
- Va, jefe, déjalo, que no vale la pena...
¡Pero aquello era su casa!. Ya estaba harto de tanto vicio y guarrería. Agarró un palo de hierro, y la emprendió a trompazos.
- ¡Mi templo es para rezar, y no una cueva de ladrones! -les increpó Jesús, furioso.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
11 enero, 2002
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