Poder de convicción
Tras ir al curso de Internet, empezó a meterse por los foros, hasta viciarse. Ya fuera para debatir cuestiones políticas, aspectos socioeconómicos o criticar obras de teatro, él siempre estaba allí. Pero su capacidad de modificar las opiniones ajenas mediante su convincente y sutil estilo discursivo, le sorprendió a él mismo. Inevitablemente, tras mínimos debates, sus tesis prevalecían y, uno tras otro, sus postulados se iban cumpliendo. La sociedad cambiaba a su alrededor según sus designios, y era suficiente con que expusiera sus razonamientos para que se convirtieran en hechos. Cuando se cansó de Internet, lo explicó en un foro.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
09 enero, 2002
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