El verso último
La ciudad es una maraña de calles desiertas. Dicen que ya no queda nadie, pero sé que en la noche puede verse luz saliendo de algunas casas. Nunca he querido saber quienes son esos locos inconscientes que siguen allí, ajenos al final, presos de si mismos y de un destino que no conocerán. Como cada día, llego a la ciudad cuando sale el sol, por la gran puerta de Invierno, y busco hasta que empieza a anochecer, entre cada papel de cada casa, el verso definitivo, el que cerrará para siempre las puertas de la ciudad y nublará su cielo.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
25 enero, 2002
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