Dos palabras
Quiso ir más lejos y convocó un concurso de cuentos de dos palabras. Recibió algunas historias hermosísimas, que habían sabido destilar la esencia de una emoción, de un temor o de un deseo. Le impresionó mucho, por ejemplo, un cuento que decía así: "Te odio", y al que el autor había titulado "Carta de un padre a su hijo abogado". Pero cómo con dos palabras cualquiera se atrevía, tuvo que recolectar sus perlas de entre un mar de mediocridades. Un día, leyendo uno de ellos, reconoció el estilo de una mujer a la que amó. El cuento decía: "Nunca más."
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
30 enero, 2002
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