El juego de las navidades
Se reunieron muchos expertos en pedagogía y psicología evolutiva, y diseñaron el juego perfecto para los niños: nada de violencia, nada de competitividad, y mucho aprendizaje en valores. Las asociaciones de padres estuvieron encantadas, e hicieron campaña para que fuera el juguete más vendido de las navidades. Los niños que jugaban, como es muy lógico, se morían de asco, y ni aprendían ni se divertían, y acababan tirándose el tablero por la cabeza, y haciendo apuestas para ver a quien le cabían más fichas en la boca. Los padres, pobres, se miraban consternados y pensaban en qué habían hecho mal.
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