Monarquía y burocracia
Revolviendo antiguos papeles familiares, descubrió que le correspondía por estirpe el título de rey. Fue al ministerio para informar de la situación y allí, tras comprobar los papeles y cobrarle las tasas de verificación registral, le dieron la razón y le acompañaron hasta el palacio real, donde desalojaron al monarca que, ilegítimamente, reinaba aun. No se lo tomó muy bien, e intentó usar su cetro con contundencia para impedir el desalojo, pero acabaron echándole a patadas. Tras firmar la aceptación de las cláusulas estándar, el nuevo rey se sentó en el trono y ordenó decapitar al anterior. Viva el rey.
No hay comentarios:
Publicar un comentario