La serpiente
Me remuevo inquieto en la cama. No he debido dejarme convencer para cuidar la serpiente de mi amigo, pero no supe decirle que no. Me ha asegurado que me será sencillo: sólo tengo que darle un ratón al día y dejarla dormir. Me ha traído también una jaula con siete ratoncillos blancos, uno por cada día que piensa estar fuera. Dice que sólo tengo que coger uno, tirarlo dentro por un agujero de la parte superior, y dejar que la serpiente se lo coma vivo. Mañana toca el primero. He de tranquilizarme, y vencer el miedo a que pueda gustarme.
No hay comentarios:
Publicar un comentario