Rodeado
Sé que me están envenenando lentamente, que interfieren mis teléfonos para conocer mis pensamientos, que han preparado mi almohada para que transmita mis sueños nocturnos a sus oficinas centrales, donde funcionarios mal pagados analizarán y clasificarán mis miedos y obsesiones. Sé que mis amigos están también a sueldo de mis perseguidores, y que mi mujer pasa informes de mi comportamiento y mis enfados. Yo, por mi parte, intento despistarles haciéndoles creer que soy otra persona, a la que nadie vigila ni intimida, alguien que habla por teléfono sin miedo, y besa a sus hijos sin temor a que oculten micrófonos.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
09 mayo, 2002
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