Muñecos de palo
La galería parece infinita, con paredes y cuadros incontables. Los cuadros son todos de parecido tamaño y similar factura: pasteles ínfimos, casi miniaturas, que reproducen incesantemente diferentes facetas de un universo imaginado donde muñecos de palo deambulan entre calles torcidas, se refugian de lluvias melancólicas o juegan dibujando en la arena animales soñados. Los visitantes de la galería buscan entre los cuadros aquél que muestre su destino, y corren y se afanan sin detenerse ante ninguno, pues saben que su búsqueda sería eterna y vana. Otros detienen el paso, aguzan el oído, y escuchan las historias que los muñecos susurran.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
23 mayo, 2002
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