Escribiendo el mañana
Como cada día, el anciano entra en la biblioteca con el silencio respetuoso de quien pisa lugar sagrado. Accede al segundo pasillo, tras los estantes de zoología, y avanza entre los ensayos de arquitectura etrusca hasta llegar a una escalerita oculta tras un estante cargado de autores finlandeses. Sube despacio, y se acomoda en una pequeña mesita, donde abre un libro lleno de notas manuscritas. Allí escribe lo que le ocurrirá mañana a alguien. Tal vez su vecino encuentre un gato perdido, o alguien en otro país sufra una embolia mientras lee poesía. Pero el anciano no inventa, sólo copia.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
28 diciembre, 2001
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Hola Jordi, estoy explorando los antiguos pasadizos de tu blog, y me encantan. Felicitaciones. Graciela
La realidad suele superar cualquier ficción? Sería esa la cuestión?. Saludos
Letras.
Publicar un comentario