No hay silencio en la noche
En la casa suenan ruidos. Fueron roces suaves al principio, siempre entrada la noche. Luego fueron golpes y brisas y rasgar y morder. Siente no tener a nadie en la cama con quien abrazarse, nadie a quien poder confesarle todo su miedo. Por la mañana, como se olvida un sueño, el terror de la noche queda borrado por el trajín cotidiano, e intenta no pensar en aquellos sonidos de cuchillos y sierras. Cena poco, esa noche, y retarda el momento de irse a la cama. Cansado, se duerme en el sofá y no oye las ásperas voces que le nombran.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
12 diciembre, 2001
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1 comentario:
Terrible, tan escueto, tan sobrio, y tan sugerente...
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