De libros y demonios
También los demonios leen libros. Libros que hablan de astucias y maldades, pues a los demonios no les gusta andar perdiendo el tiempo con tonterías, con cosas que no sean de provecho. Como nosotros, los demonios tienen libros prohibidos, claro, pues también entre ellos nada es más peligroso que las palabras, a excepción, quizás, de las armas de fuego. No pueden leer libros que hablen de flores ni de estrellas; ni libros que canten; ni, por alguna razón que ningún demonio recuerda, libros de un tal Krishnamurti. Y cuando un demonio pierde un libro, se compra otro, y en paz.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
10 diciembre, 2001
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