Soledad
Él guarda las fronteras del imperio, solo en la nieve, sobre su caballo. Al cinto lleva una espada antigua, con inscripciones que ya nadie sabe leer. Todo lo que su vista divisa es el desierto blanco. A cientos de kilómetros, detrás suyo, sus ciudades bullen de actividad, las mujeres cantan, los niños juegan, los hombres comercian, mienten, roban. Saben que él está allí, velando sus sueños, sus anhelos diarios, sus vidas.
El vigilante levanta la vista. Cerca del horizonte ve crecer hileras de soldados, con antorchas, lanzas, carros cargados de metal y piedras. Y, por primera vez, se siente solo.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
18 noviembre, 2001
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