Intervención rutinaria
Llegaron de noche. Su compañero de habitación, que había ingresado ayer por una hernia inguinal, estaba durmiendo. Los enfermeros fueron muy amables, y le dijeron que se había adelantado la operación. Le sedaron, le pusieron en la camilla y le aseguraron que antes de que se diera cuenta su apéndice ya no le molestaría más. Le bajaron al sótano, por un pasillo donde sólo distinguió la luz que salía del quirófano del fondo. Al entrar, aunque estaba ya durmiéndose, creyó ver a su mujer con el doctor, besándose. "Estate tranquila. Sólo será un momento", le decía el doctor.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
04 noviembre, 2001
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