Peligros de la ciudad (6)
Le agobiaban las aglomeraciones. En el metro, no podía evitar pensar que algún loco podría estar andando detrás suyo, por el mismo pasillo interminable, y clavarle algo en la nuca, y huir chillando. El hecho de que hubiera mucha gente, lejos de tranquilizarle, le hacía pensar que era más probable que alguien quisiera su sangre. Tanto temor sentía, que se encerró durante semanas en su casa. Esos días habló mucho con dios, y él le dio fuerzas para vencer sus miedos. Ahora anda tranquilo por el metro y, por si ve algún movimiento sospechoso, lleva un cuchillo en el bolsillo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario