Muerte de la antigua edad
Nos trasladamos aquí tras abandonar los antiguos libros. Eramos víctimas de sueños y prisioneros de quimeras, pero cuando los dioses nos dejaron, supimos construirnos nuestros propios refugios, y llenar las vacías bibliotecas con mitos nuevos y leyendas de un pasado que volvíamos a inventar. Ahora llegan de nuevo horas de sangre y muerte: habremos de aplacar las peticiones llenando de vírgenes los templos y alzando cánticos sacrificiales. Algunos compañeros temen que nuestro nuevo dios sea tal vez más cruel y más terrible. Un dios que arranque almas y quiebre voluntades. Un dios sin nombre ni pasado, que quemará el futuro.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
05 marzo, 2002
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