Cápsula de salvamento
El posicionador de emergencia emitía correctamente, así que la patrulla espacial más cercana vendría pronto en su busca. La cápsula, sin propulsión, tenía oxígeno y provisiones para algunos días: sólo debía relajarse y esperar. Mientras dormitaba oyó unos lamentos, y se le disparó la adrenalina y el terror. Por instinto, contuvo la respiración y percibió de nuevo unas quejas ahogadas. Locura del espacio, pensó. Durante dos horas hubo silencio, y entonces oyó que susurraban a su oído el nombre de un dios antiguo. Le inundó su poder y su vacío, y recibió ordenes horribles para cuando regresara a su planeta.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
19 marzo, 2002
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