Videoclub de barrio
Siempre me dejaba aconsejar por el dueño del videoclub, que cada vez me recomendaba películas más raras: cosas checas experimentales, ficciones documentales sobre el subdesarrollo urbano, o extrañas narraciones visuales donde no pasaba nada durante minutos hasta que de repente irrumpía en pantalla un gallo desplumado, cosas muy extrañas, ya digo. Me sabía mal no hacerle caso, pero llegó un momento en que aquello se hizo aborrecible, así que un día le insinué que, por una vez, escogería una película de polis, con mucha acción, tiros y explosiones. No me dijo nada, pero vi cómo anotaba algo en mi ficha.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
13 agosto, 2002
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