Dios a votación
El pueblo se reunió en asamblea para encargar un dios hecho a medida. Se votaron los atributos teológicos principales. Hubo amplio acuerdo respecto a la omnipotencia, indispensable para que su nuevo dios pudiera hablar de tú a tú con dioses de pueblos vecinos. Algunos sugirieron que fuera una característica desactivable, para evitar que las previsibles iras divinas tuvieran consecuencias funestas. La omnisciencia despertó menos apoyos, pues el pueblo era muy celoso de sus secretos e intimidades, así que se restringió estableciendo garantías jurídicas. El don de la ubicuidad fue descartado: se le asignó a Dios un despachito en la sacristía.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
22 agosto, 2002
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