Casa de muñecas
Le regalé a mi mujer una casa de muñecas, su sueño de siempre. Era una casa victoriana de tres pisos más buhardilla, además de galería y terraza. Mi mujer la decoró con esmero, y dotó de nombre y de pasado a los muñecos: Don Cosme, Dorothy, los niños... Jugábamos juntos a inventarnos historias, locamente repletas de amores, riñas y traiciones. Pero un día malhadado le regalé un muñeco fantasma para la casa, una ocurrencia que parecía divertida. Desde entonces Don Cosme ha empeorado del corazón, y dice oir gemidos y cadenas, aunque el resto de la familia no le cree.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
12 agosto, 2002
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