El granjero
Desde que mató a su propio hijo en una discusión, todas las patatas que recoge del huerto donde lo enterró sangran al ser cortadas, y las frutas de los arboles del huerto revientan de rojo al ser mordidas. Desde la granja, por la noche, se oyen venir del huerto ecos de las canciones obscenas que su hijo gritaba cuando volvía borracho por la noche o, a veces, se escuchan tristes sollozos. El granjero no va a rendirse, ni a abandonar su casa, aunque tenga que hacer todo el trabajo solo, sin hijo, sin mujer, los dos juntos bajo el huerto.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
17 julio, 2002
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