Cine de barrio
Cuando íbamos de pequeños al cine del barrio, a ver sesión doble, nos sentábamos en la fila de atrás de la que quedaba debajo del anfiteatro. Para que no nos molestaran la visión, cuando alguien quería sentarse delante le advertíamos, señalando arriba con complicidad, que unos gamberros estaban tirando chicles y escupiendo. La gente nos lo agradecía y se iban a otro sitio. Un día llegaron unos chavales mayores, se rieron de nosotros, y se sentaron delante nuestro, tapándonos la pantalla y riendo y gritando. Para nosotros tuvo algo de justicia poética que una niña les vomitara encima desde arriba.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
28 junio, 2002
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