Peligros de la ciudad (2)
Si se para el metro entre estaciones y estás solo en el vagón, no mires por las ventanillas hacia la oscuridad del túnel. Sigue leyendo, o fija la mirada en el suelo, o en el mapa de las paradas, con su mensaje tranquilizador de que siguen allí, de que tras la avería llegarás a la siguiente estación, como debe ser. Sobre todo, no acerques la cara al cristal, ni acomodes tu vista a las sombras. Y si lo haces, y ves ojos amarillos, gírate, y deséa que el metro arranque, o que estén ocupados con otro pasajero de otro vagón.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
18 febrero, 2002
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