Sin temor
La noche. El calor del fuego. Alrededor de la hoguera, sus hijos, su mujer, y él. Claudia no había querido salir al campo con la tienda, pero él convenció a los críos y ellos a ella. Por la tarde pescaron, jugaron sobre la hierba y cenaron. Ahora, junto al fuego, él se sentía inquieto. Sin motivo, claro, nada tenía porque ir mal. La noche, el silencio, o los simples caprichos del miedo, le hicieron murmurar una oración. Por su mujer. Por sus hijos. Tras ellos, a su alrededor, se oyeron crujidos y surgieron ojos rojos. Habían llegado. Todo iría bien.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
30 octubre, 2001
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1 comentario:
Al igual que en tu cuento "Por una palabra" (maravilloso, por cierto), he descubierto que has escrito "porque", en vez de "por qué", así que ahora sobra una palabra.
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