Sueño recurrente
Ya lo había soñado, pero nunca había sentido, de modo tan real, aquellas patas peludas subiendo por su espalda, escalando hacía su cuello, hasta la nuca, donde clavaría de nuevo la picadura mortal que iba a despertarle. Se relajó intentando no sufrir, sabiendo que era inútil, que no despertaría hasta notar aquel dolor rojo ardiente de cada noche, de cada sueño. Notó el roce aspero de aquellos pelos recios sobre sus vertebras. Y sintió el dolor de cada sueño, más rojo, más ardiente. No despertó, claro, pues ya lo había hecho antes, cuando la araña sólo era un sueño premonitorio.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
25 octubre, 2001
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