Paranoia
Las miradas de la gente a sus espaldas, como agujas de desprecio y asco. ¿Nunca dejarían de perseguirle, de acosarle? Se enteró hacía un par de semanas, cuando oyó que en el autobús hablaban de él. No contaban con su fino oído, y pudo desenmascarar el plan. Desde entonces su fría calma conseguía neutralizarles. En las tiendas, en la calle, en la oficina, detectaba cada traza de sus planes, cada intento de destruirle. Ellos disimulaban, como si nada pasara: su familia, sus amigos. Mas él les oía conspirar, y se avanzaría a sus maquinaciones. Pero no pudo, le atraparon antes.
Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
29 octubre, 2001
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