Historias de carretera (4)
He pasado decenas de veces con el coche por esa curva, junto al desfiladero, conduciendo solo, recordando siempre la historia que cuentan sobre una chica que hace autostop por las noches, y que acaba resultando ser el fantasma de una joven que se estrelló en esa curva. Pero a mí nunca me ha ocurrido. Siempre que recojo a alguna joven autoestopista, deseo secretamente que la leyenda sea verdad, y ella esté muerta, pero nunca es así. Tras la trivial conversación, siempre he de ser yo quien le muestre mi auténtico rostro, y lance otra vez el coche por el desfiladero.
10 comentarios:
Te equivocas Jordi, soy yo quien te espera cada noche en esa curva, cada día con nueva identidad y mi silencio premeditado provoca tu muerte una y otra vez....
Waaaawwwww... Jordi.. lo hiciste de nuevo..
Que susto me he llevado.. madre mía..!
Eres verdaderamente genial, superándote cuento tras cuento..
Este está de verdad de erizar..
Jordi.. que pasó con tu libro?
Carolina Ortiz Monasterio.
Me gusta deslizarme por tus cuentos hasta que las últimas palabras me lanzan como un tobogán con ganas de un nuevo viaje...
Iré leyendo para atrás como los cangrejos.
Gracias por escribir
Niñocactus
¡ asenosi !
He sonreído. Gracias.
La muerte.
Literal literalmente.
Un giro megistral!
Sigo sorprendiéndome con tu trabajo.
Me ha gustado tanto que ya te agregué un enlace desde mi blog para recomendar tu espacio.
Un abrazo!
Ya era hora de que alguien le diese la vuelta a la historia de la chica de la curva.
Pero que vuelco ha dado a la historia....
la verdad, no me lo imaginaba para nada, solo se me ocurre dos palabras para definirlo: sorprendentemente original!
Saludos,
hola
lo que pueden hacer las palabra, por un momento llegue a creer saber el final, escribes grandioso, solo de imaginarlo senti que lo vivia en carne propia
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