Éstos son mis cuentos de Cien Palabras.
Ocupan eso, 100 palabras exactas, sin contar el título.
Leed uno.
Despues otro.
Despacio, sin prisa.
Hay muchos, centenares de ellos.
Para sonreir, para reflexionar, para estremecerse...
Teneis tiempo, volved cuando querais.
He pasado decenas de veces con el coche por esa curva, junto al desfiladero, conduciendo solo, recordando siempre la historia que cuentan sobre una chica que hace autostop por las noches, y que acaba resultando ser el fantasma de una joven que se estrelló en esa curva. Pero a mí nunca me ha ocurrido. Siempre que recojo a alguna joven autoestopista, deseo secretamente que la leyenda sea verdad, y ella esté muerta, pero nunca es así. Tras la trivial conversación, siempre he de ser yo quien le muestre mi auténtico rostro, y lance otra vez el coche por el desfiladero.
El presidente y el jefe de la oposición, se lamentan ahora de haber aprobado esa estúpida ley, pero ya no pueden echarse atrás. En su momento pareció un buen sistema para solventar las discrepancias políticas cuando las votaciones no fueran suficientes. Ahora que debe aplicarse, hay gran expectación, y todas las televisiones lo transmitirán en directo. Ambos están en el centro del hemiciclo, ante las miradas atentas de los diputados. Espalda contra espalda, avanzarán ocho pasos cada uno, y podrán girarse y disparar, y dejar claro de una vez quien tiene razón y quien será enterrado con todos los honores.