Plazas llenas de gente
Las plazas siguen llenas de gente. Intolerable, claro. Pero las palomas mensajeras vuelan libres de balcón a balcón. ”Quienes llenan el espacio público son distintos entre si, tienen consignas diversas, piensan distinto unos de otros”, cuentan con horror los pregoneros. Ministros, emperadores y aspirantes al trono intercambian culpas, sin saber a quien pertenece toda esa gente, y en el fondo todos desean salir también a la calle, haciendo ver que ellos también son diferentes de los demás, de los suyos, e incluso de si mismos si es necesario. Pero no se atreven. Las plazas siguen llenas de gente. Intolerable, claro.